No todos comprenden cuando se habla de la maternidad de Dios´; por eso, prefiero usar la ternura de Dios, propia de una madre. Dios es padre y madre´, dijo Francisco en una entrevista. La ternura es la virtud propia de las madres, al mismo tiempo que ´son el antídoto más fuerte contra el egoísmo´. En numerosas ocasiones -como se recogen en este libro- el Papa ha querido resaltar el papel fundamental de la madre de familia en la Iglesia y la en la sociedad.