Históricamente, la singularidad de un territorio como el País Vasco ha estado condicionada por la dialéctica conflictiva mantenida por varios agentes físicos y jurídicos. Uno de los caballos de batalla más espectaculares ha resultado ser el de las aduanas interiores instaladas en este espacio. La influencia de este elemento tanto en la construcción del nuevo Estado dieciochesco propugnado por los Borbones como en la formulación de un ideario propio y unitario de las Provincias Vascas se nos muestra como trascendental. En esta lucha, sórdida por momentos, el papel de Alava y su capital, Vitoria, alcanzó unos niveles inimaginables en otros campos.