Esta obra se adentra en las vicisitudes por las que atravesó la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Una época convulsa y evidentemente condicionada por el desarrollo del conflicto, en la que Zaragoza desde muy pronto se convirtió en una ciudad de retaguardia controlada por los sublevados, y cuya biblioteca universitaria asumió la condición de laboratorio de ideas y de "capital" transitoria de la política bibliotecaria del bando nacional. Un escenario desde el que se implementaron organismos destinados tanto a estimular a los combatientes como a reprimir y depurar la política bibliotecaria de la Segunda República, siempre bajo los postulados ideológicos del nacionalcatolicismo que ya alumbraba el Nuevo Estado franquista.