Los seres humanos se han servido de las plantas y los anima¬les desde el principio de la historia al ser parte fundamental de su alimentación omnívora, mucho antes incluso de la adop¬ción de la agricultura y la ganadería. No resulta sorprenden¬te que en esa búsqueda de sustento encon¬traran y conocieran toda una serie de plantas cuyos efectos psicotrópicos o alucinógenos fueron adoptados en rituales mágicos, medicinales y religiosos. Están presentes en las plantas y los hongos, e incluso en algunos animales, aunque también se fabrican en laboratorio mediante síntesis.