El presente estudio se ocupa de los corsarios de Santo Domingo y del papel que desempeñaron en la isla entre 1718 y 1779. Sostiene que, lejos de constituir una serie de incidentes menores y aislados, los corsarios dominicanos fueron patrones bien organizados que cosechaban importantes ganancias y cuyas correrías produjeron un notable impacto en la economía de la isla durante el período antedicho.