El campo conceptual en el que nuestra cultura ha cultivado, y aún cultiva, sus ideas acerca de la razón está fuertemente contaminado de representaciones míticas y psicopopulares. Tanto que todavía es necesaria una arqueología crítica de su historia. La historia de los nombres de la razón es la de sus atavismos populares. En ella se descubre que ´naturaleza´ es el nombre más querido que la razón se ha dado, lo que ha constituido una fuente de la que aún hoy fluye un sinfín de equívocos a la hora de pensar las relaciones entre la naturaleza y la razón, entre la naturaleza y la cultura.