En "Los territorios de la ciencia y la religión", Harrison desarma lo que creemos saber acerca de estas dos categorías, para luego volverlo a armar en una perspectiva nueva, provocadora y productiva. Trazando por primera vez en paralelo la historia de ambos conceptos, ilumina sus posibles límites y las poco conocidas relaciones entre ellos, permitiéndonos así aprender de su verdadera historia y percibir otras maneras en el estudio científico y la religiosidad podrían relacionarse, influirse y enriquecerse mutuamente.