Hasta hoy no me he enterado que al encargarme de las aves del desierto, me acaban de admitir en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Se ha abierto una puerta y no se cerrará sin que dentro haya construido algo.
Estas premonitorias palabras las escribió Valverde en Valladolid en su diario, en la primavera de 1955. Nueve años más tarde, fundaba en Huelva y Sevilla la Estación Biológica de Doñana, centro de investigación del CSIC en las marismas del Guadalquivir, donde alcanza el grado de profesor de investigación y las mayores distinciones y premios que por el estudio y la conservación de la naturaleza se puedan obtener y en la que la escuela de científicos por él iniciada, ha convertido a España en una potencia mundial en Biología de la Conservación.
Tras dedicar los años de 1955 y 1956 al estudio de campo y a la redacción de la obra ´Aves del Sáhara, estudio ecológico del desierto´ para el Instituto de Estudios Africanos, en 1957 fue contratado como colaborador eventual del CSIC en el Instituto de Aclimatación de Almería. Se dedicó a estudiar las aves de presa, los cetáceos, los murciélagos, y con la ayuda de becas March, exploró Doñana y escribió su tesis: ´Estructura de una Comunidad de Vertebrados´, obra de cabecera de varias generaciones de biólogos y naturalistas y uno de los libros más citados de la naturaleza en la historia de España. En él desarrollo nuevos conceptos, como el ´Indice de Apetencia´, relación energética entre predador y presa, y formuló una teoría sobre el origen granívoro del hombre.
En este segundo tomo de sus memorias, Valverde narra cómo era la España de los años cincuenta y cómo fueron los inicios de la investigación científica de la naturaleza española en Almería, Doñana y durante su breve estancia en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid. También cuenta cómo se hicieron las famosas primeras fotos del águila perdicera y de quebrantahuesos. Un texto ameno, envuelto en el encanto de las primeras exploraciones de la naturaleza española.