Mikel Lasa es ante todo un humanista que da gran importancia al hombre y a cuantos sentimientos le rodean; que sitúa al hombre en el centro de su mirada; que vibra, tiembla y llora con los avatares del ser humano. Que a veces colorea su pensamiento con la filosofía de Albert Camus o de Simone Weil. De Camus retoma la idea del ser rebelde, que se alza sobre las ruinas de existencia y se acerca al abismo de su propia identidad. De Simone Weill, la idea de la transcendencia de nuestros astros. Felipe Juaresti, en el prólogo de este libro.