Morris es un mapache que vive con sus papás y su hermanito Rayujo. Hace una vida normal, va al cole, juega y duerme. Como buen amigo, siempre ayuda a los demás y busca soluciones para los problemas más raros que surjan. En esta ocasión, es Lupino, el lobo feroz, el que pide ayuda: ya no asusta a nadie por haber perdido su ferocidad, y busca una buena pesadilla para volver a ser quien era. Morris se pone su antifaz de héroe y decide buscar la solución. Primero se dedica a pedir pesadillas prestadas, pero nadie se las da. Así pues decide fabricar la pesadilla más horripilantísima con la ayuda de sus amigos. Al final, Lupito se cura y Morris cobra lo acordado: una tableta entera de chocolate y otra empezada, deja la marca de su morrito sobre la bolsa que oculta la pesadilla y se retira a descansar.