La Comedia segunda de las mocedades del Cid (1618) de Guillén de Castro es una obra singular y a la par representativa del catolicismo postridentino de la Contrarreforma. Alberto Montaner ha escrito un riguroso e innovador ensayo interpretativo de la Comedia, considerándola desde una triple perspectiva: como texto artístico, como producto ideológico y como soporte de una concepción antropo-cosmológica. Con este planteamiento descubre el auténtico significado de la obra y explica las razones que indujeron a Guillén de Castro a adoptar primero y adaptar después un argumento narrativo medieval alejado, sólo en apariencia, de las preocupaciones políticas, sociales y pedagógicas de la España del siglo XVII.
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