Una cálida estampa de la figura afable y recia de Mons. Alvaro del Portillo. El autor, que pasó muchos años con él, ofrece recuerdo vivo de su personalidad, de su fiel apoyo a Josemaría Escrivá y su intenso servicio a la Iglesia.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información