¿Qué es la democracia? He aquí una pregunta para la que suelen darse distintas respuestas. En Occidente, cada vez se tiende más a identificar democracia con que el pueblo consienta que otros gobiernen por él, habiéndolos elegido para eso. A veces incluso se llama democrático al régimen en el que un caudillo, más o menos emanado por el pueblo, asume el poder por un tiempo limitado. o ilimitado. Pero democracia, en su sentido mejor y más profundo, es poder del pueblo por el pueblo, gobierno del pueblo e igualdad real de posibilidades de acceso al poder. Algo que está muy lejos de existir en este mundo. La democracia representativa, es decir, el modelo de democracia que impera hoy en Occidente, conlleva en sí mismo, por insuficiente, un germen de destrucción, explícito en el descrédito que han alcanzado la política y sus representantes. Y eso es así porque la política es, en gran medida, sólo mentira, disimulo y farsa, un lugar de puesta en escena, un universo en el que se ´escenifican´ las decisiones y en el que abundan las falsas promesas y los falsos juramentos. No es de extrañar, entonces, la facilidad con que se ha impuesto el Pensamiento énico, gracias al cual se está llevando a cabo un proceso de recolonización unipolar que empuja a Occidente a un modelo de capitalismo anterior a la primera guerra mundial, que destruye poco a poco las conquistas obtenidas en décadas de luchas y movilizaciones obreras, y que se apropia sin tapujos de la riqueza creada por los cambios tecnológicos y los espectaculares aumentos de productividad de estas últimas décadas.