Ante los graves y urgentes desafíos socioecológicos actuales, el texto recoge una propuesta de los principales aprendizajes necesarios para que las personas que se consideran agentes de cambio comprendan y acometan las transformaciones precisas para superarlos.
Tras referirse brevemente a estos retos y a las diferentes actitudes de las personas ante los mismos, la autora discute el papel de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas como instrumento transformador multinivel y multiactor. Sostiene que, aunque existe un amplio consenso sobre la dirección de los cambios y sobre la disponibilidad de capacidades científicas y técnicas para acometer las transformaciones necesarias, la evolución actual hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible presenta dudas sobre las capacidades humanas para trascender mentalidades, hábitos y formas de organización en aras de un bien común. De ahí que la propuesta invite a reflexionar sobre cuáles serían los aprendizajes que más contribuirían a desarrollar esas capacidades transformadoras. En el texto se proponen y describen tres senderos:
Sendero 1: aprender a conectar los puntos o pensar sistémicamente —ruta de naturaleza epistémica, para mapear e interpretar el terreno—.
Sendero 2: aprender a codiseñar e innovar de manera transformadora —senda de naturaleza generativa y práctica, para recorrer el camino y explorar nuevas rutas.
Sendero 3: aprender a conectar con la propia agencia, la capacidad de trasformación, y con la de otras personas —vía de naturaleza experiencial, para decidir hacia dónde caminar y elegir la compañía—.
El texto concluye con una reflexión sobre el crucial papel que ha de jugar la universidad en el desarrollo de estas sendas de aprendizaje.