¿Crees? En varias ocasiones Jesús hace esta pregunta. Se lo pregunta al ciego de nacimiento: -¿Crees en el Hijo del hombre?-; a Marta, que llora por Lázaro, su hermano muerto, le dice: -Todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto?-. Y ante su vacilación delante del sepulcro a punto de abrirse, repite: -¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?-.El uso del singular -tú- en estos casos es significativo; dice por sí solo que la fe es un acto personalísimo; solo se puede creer -en primera persona-. Hasta la profesión de fe de la Iglesia, aunque se haga comunitariamente en la misa, comienza con el singular -creo en un solo Dios-, no con el plural -creemos-.