El autor comenta tres oraciones tradicionales: el Padrenuestro, que rezan hoy todos los cristianos, y otras dos muy apreciadas en la tradición oriental: la oración al Espíritu Santo, ´Rey celestial, Consolador...´ con la que comienzan todas las acciones litúrgicas del rito bizantino, y la oración penitencial de San Efrén, ´Señor y maestro de mi vida...´. En las tres encontramos las más bellas y sentidas palabras para comunicarnos con Dios.