Jenaro Prieto sitúa su novela El socio (1928) en la ciudad, donde la intriga de los personajes y el poder de lo imaginario se entrecruzan con la especulación sobre el dinero y la crisis del mercado que se anunciaba. Así pasó el diablo, publicada por primera vez en este volumen, muestra una faceta diversa del autor. En un marco criollista, en un Chile que parece perdido, la influencia del dinero se presenta ahora como instrumento del demonio. La novela reinterpreta la tradición fáustica y la desplaza al contexto rural, donde la figura cosmopolita de Mefistófeles transfigura las costumbres del pueblo de San José de las Pataguas. Allí se desarrolla una intriga llena de humor, tensión dramática, ascensos y caídas.