EL AÑO DE SPITZBERG
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EL AÑO DE SPITZBERG (ebook)

Editorial:
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Materia
Textos clásicos
ISBN:
978-84-9953-078-9
Formato:
HTML5 - Streaming
Derechos eBook:
Acceso perpetuo
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El año de Spitzberg. Pedro Antonio de Alarcón
Fragmento de la obra
I
Estoy viendo desaparecer hacia el Mediodía el buque ballenero que me deja abandonado en esta isla desierta, sobre la arena de una playa sin nombre.
¡Heme aquí solo; solo en un ámbito de mil leguas!
Yo amaba a una mujer?¦ El demonio de los celos me mordió el corazón, y he matado a mi rival en desafío?¦ ¡Era un príncipe!
Y el Gobierno ruso me ha condenado a pasar aquí un año?¦; es decir, me ha condenado a muerte.
¡Ah! ¿Por qué no me entregó al hacha del verdugo? ¿Por qué hacerme expirar de frío, de hambre, de tristeza, de desesperación, o disputando mi cuerpo al terrible oso blanco, si mi delito no era más que uno?
¡Spitzberg!?¦ ¡Estoy en el terrible archipiélago que ninguna raza ha podido habitar! ¡Me hallo a los 77 grados latitud Norte, a doscientas sesenta leguas del Polo!
Creo haber oído decir a mis asesinos que esta isla es la del Nordeste, la más meridional del horroroso grupo, la más templada de todas?¦ ¡Cruel compasión?¦ que prolongará algunas horas mi agonía!
Ignoro en cuál de estos témpanos de hielo eterno tiene la Rusia una colonia para la peletería y la pesca de la ballena; pero lo que sí sé es que los colonos emigrarían a la Laponia a fines de agosto, hace dos meses, y no volverán hasta la primavera?¦ ¡dentro de doscientos cuarenta días!
¡Estoy, pues, solo, sin hogar, sin amparo, sin viveres, sin consuelos!
¡Morir! He aquí mi inevitable y próxima suerte.
Hoy es 17 de octubre?¦ El frío avanza por el Norte?¦ Dentro de pocos días me helaré, sin remedio.
Entre tanto me alimentaré con la caza. ¡Siquiera esos crueles me han dejado una escopeta?¦ "por si quería suicidarme de este modo". Mataré rengíferos, chuparé hielo y me procuraré un abrigo entre esas rocas. El inglés Parry habitó cabañas de nieve en el Norte de América a los 73 grados. ¡Ah! Sí?¦.; ¡pero yo estoy cuatro grados más cerca del Polo, y no tengo fuego para calentarme!
¡Morir! ¡Morir! ¡He aquí mi infalible destino!

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