Con frecuencia los discursos de presidentes y gerentes proyectan una imagen de la empresa como una especie de panal de abejas o gran familia, en pos de un propósito común. En la realidad, la empresa se parece más bien a una manada de simios, en una alternada relación de conflicto y colaboración mutua. ¿Qué hace que, no obstante cada individuo defienda sus propios intereses, la organización pueda funcionar de manera coordinada? Postulamos que esta coordinación es posible gracias a dos estructuras traslapadas. La primera es vertical, pues emana desde el líder, a través de los jefes y subjefes, hasta la base de la pirámide organizacional, siguiendo la cadena de mando del organigrama. Su propósito es resguardar la eficiencia, es decir, el uso racional de los recursos y la ejecución correcta de las actividades técnicas. La segunda estructura es horizontal, pues integra en un todo coherente varias actividades de similar jerarquía, pero de diferente naturaleza, a través de una cadena de favores que se representa mediante los procesos de negocio. Su objetivo es reforzar la efectividad, esto es, que los productos y servicios generados satisfagan los requerimientos de los clientes internos y externos. En este libro presentamos una teoría de las operaciones que consiste en un conjunto de modelos de gestión, gracias a la cual es posible configurar una estructura vertical (de eficiencia) y horizontal (de efectividad) más competitiva y con legitimidad social. La presentación se hace mediante ejemplos prácticos de empresas productivas (mineras, frutícolas, forestales, de manufactura), de servicios (bancos, colegios, sector público) y logísticas (distribuidoras, transporte). Las problemáticas abordadas son usuales en organizaciones en un estado intermedio de desarrollo y complejidad, propio de la realidad latinoamericana.